Este cuadro está producido por una degeneración (desgaste) de la articulación de la base del pulgar (articulación trapeciometacarpiana). El cartílago se adelgaza y puede llegar incluso a desaparecer, traduciéndose clínicamente en la aparición de dolor y limitación de la movilidad.
En una fase inicial se tratará el cuadro de una forma conservadora mediante fisioterapia, férula ortopédica, infiltraciones, etc. En el caso que persista la sintomatología, se ofrecerá un tratamiento quirúrgico mediante artroplastia (sustitución del tejido artrósico por partes blandas) o artrodesis (fijación de la articulación).
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