Los meniscos son unas estructuras fibroelásticas que tienen forma de media luna.  Amortiguan la carga que se transmite a la rodilla, mejorando su estabilidad y lubricación.

Las lesiones meniscales pueden ser traumáticas y degenerativas.  Producirán dolor, inflamación y en ocasiones bloqueo de la rodilla.

Esta indicado un tratamiento con cirugía artroscópica que se realiza con anestesia epidural.  Dos pequeñas incisiones de un centímetro a ambos lados de la rodilla permiten la introducción de una lente e instrumental quirúrgico adecuado.  Tras confirmar la lesión se recortan y remodelan los bordes meniscales consiguiendo una superficie regular y estable.  Los resultados son excelentes a corto plazo.

La rotura de este ligamento y la inestabilidad asociada provocarán una sensación de inseguridad fallos y limitación de la actividad deportiva.

Una vez se llega al diagnostico y dependiendo de la edad y de la actividad que desea realizar el paciente, podrá ofrecerse primero un tratamiento fisioterápico que potencie la musculatura flexo-extensora y estabilice la rodilla (adultos mayores de actividad sedentaria).  En casos de gran inestabilidad o en jóvenes deportistas se realizará una sustitución del ligamento lesionado con técnicas artroscópicas. 

Puede lesionarse por causas traumáticas rompiéndose y produciéndose grietas e incluso úlceras.  En ocasiones pueden liberarse fragmentos del cartílago formándose cuerpos libres. 

El paciente presenta dolor, aparición de derrames articulares y en ocasiones pueden producirse bloqueos (cuando existen cuerpos libres).

En el caso que no exista mejoría con medidas conservadoras, se tratará artroscópicamente regularizando los bordes de las úlceras, realizando perforaciones para favorecer una mejor cicatrización, lavados articulares, fijar un fragmento desprendido e incluso extraer cuerpos libres.

La artrosis está producida por una pérdida del cartílago que aparece normalmente por un envejecimiento del mismo. 

El síntoma más importante es el dolor que aumenta con la marcha y la bipedestación, cediendo con el reposo.  Se acompaña de disminución de la movilidad, derrames y chasquidos al movilizar la articulación.

En fases iniciales, se tratará con medidas conservadoras tales como adelgazamiento, cambio de actividades, fisioterapia, medicación, infiltraciones con ácido hialurónico, etc.

Los casos avanzados con dolor intenso y resistente al tratamiento conservador se tratarán con una sustitución de la articulación por una prótesis total.